Estaba un letrero viejo colgado en un alambrado de un estacionamiento. Ya estaba muy cansado de trabajar tantos años anunciando lo que su creador le había destinado. Con el paso del tiempo fue perdiendo la memoria, y se dió cuenta que tenía alzheimer. Ya no se acordaba para que estaba ahí, que anunciaba, ni el teléfono de su dueño.
viernes, 3 de agosto de 2007
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