Caminando un sábado por el camellón de chapultepec, viendo los puestos que venden libros ya leídos antes por alguien que no fui yo, me encontré "La mirada encendida" de Bernardo Esquina (Narrador y Periodista). Marcado con un lápiz en la esquina superior derecha a menos de $50 pesos. Pagué y entonces ya es mío orgullosamene mío. Ayer por fin me di el momento para leerlo y me encantó, todos y cada uno de los pesos valieron la pena. Comparto contigo mi crónica favorita.
NUDO
Bastó que las miradas se cruzaran para que él supiera que aquellos ojos eran más que dos planetas: un universo ámbar, entrada amplia a los espacios del corazón. ¿Decírselo? ¿Bajar la guardia ante el filo de esas pupilas? No: es decir: mejor lanzar primero la estocada, cambiar el blanco, depositar adjetivos en su boca; arrancar sonrisa: que los labios mostraran su vocación de gardenia.
Pero ella más hábil:Asomó entre los dientes una serpiente rosada, húmeda, que guardó con rapidez. Èl: callado. Ella: buscando palabras en los otros ojos, los que no eran planetas ni universo pero sí insinuaban deseo en su negrura.
Bastó que sus miradas se encontraran para establecer un diálogo profundo.Después aparagaron la luz.
Autor: Bernardo EsquincaRelato que forma parte del libro "La mirada encendida" Primera edición 1993 ISBN 968-29-5497-5 Fondo Editorial Tierra Adentro.
1 comentario:
oh, qué sorpresa esta nota
yo no he leído ese libro. me daré una vuelta por esa cosa de los sábados en chapultepec para ver si consigo mi ejemplar.
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