lunes, 16 de junio de 2008

"Rayuela" Julio Cortázar

Foto de la pintura en tributo a la Obra Literaria "Rayuela" del Gran Cronopio Julio Cortázar, realizada por 11 diferentes autores y donada a la Casa Julio Cortázar localizada en Guadalajara Jalisco, México, la tomé en la inauguración de este lugar.

¿QUÉ ES UN CRONOPIO?

Un cronopio es una criatura de ficción que aparece en las obras del escritor argentino Julio Cortázar junto con las famas y esperanzas. Los cronopios son personajes de una serie de cuentos en su libro Historias de Cronopios y de Famas de 1962.

Cortázar utilizó por primera vez la palabra cronopio en un artículo publicado en Buenos Aires Literaria en 1952, comentando un concierto dado por Louis Armstrong en noviembre de ese año en el Théâtre des Champs-Élysées de París. El artículo se titulaba Louis, enormísimo cronopio. Cortázar explicó después en varias entrevistas cómo el nombre cronopio se le había ocurrido por primera vez poco antes en el mismo teatro, como resultado de una visión fantástica de pequeños globos verdes flotando alrededor en el semi-vacío teatro.

En sus relatos, Cortázar evita dar una descripción física precisa de los cronopios y se refiere a ellos sólo como "objetos verdes y húmedos". Los relatos proporcionan claves acerca de la personalidad, los hábitos y las inclinaciones artísticas de los cronopios. En general, los cronopios son presentados como criaturas ingenuas, idealistas, desordenadas, sensibles y poco convencionales, en claro contraste con los famas, que son rígidos, organizados y sentenciosos; y los esperanzas: simples, indolentes, ignorantes y aburridos.

La mayor parte de las referencias a cronopios en la obra de Cortázar se encuentra en las 20 historias que forman la última sección de su libro Historias de Cronopios y de Famas. Algunos críticos literarios creen que ésta es una obra menor de Cortázar, en comparación con sus novelas y sus libros de relatos. Otros críticos han buscado en este libro significados metafísicos ocultos, o una taxonomía universal de los seres humanos.

El propio autor se refirió a estos relatos como una especie de juego y aseguró que le había producido un gran placer escribirlos.

El término "cronopio" terminó por convertirse en una especie de tratamiento honorífico, aplicado por Cortázar (y otros) a amigos, como en la dedicatoria de la traducción inglesa de 62: Modelo para armar, donde se dice: "Esta novela y su traducción están dedicadas al cronopio Paul Blackburn..."

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